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Como decidí dejar la procrastinación y retomar mi blog

7 de mayo de 2024

No sé si te ha pasado que a veces quieres hacer muchas cosas. Tienes alguna idea que suena muy bien en tu cabeza, pero luego te das cuenta de que se requiere mucho trabajo. El problema es que estamos tan ocupados, que hacer espacio para algo adicional se nos hace complicado y ahí es cuando llega la procrastinación.

Cuando la vida te dice que debes moverte.

Te quiero contar algo, hace un momento yo estaba procrastinando como siempre, viendo Sex and the City, estaba ya por el tercer episodio seguido. Cuando de repente recordé que me había dicho a mí misma que vería solo 2 episodios mientras comía. Pero no fue así, me fui de largo y ya iba por el tercer episodio.

Entonces como para variar, abrí instagram y me apareció el reel de una chica que tiene un blog y es una nómada digital. Tal como lo que yo quisiera ser. Y en el reel ella decía que estaba cumpliendo 3 años de haber lanzado su blog y que gracias a eso ha tenido muchas oportunidades en su vida. Y bueno en ese momento cerré el netflix y me puse a escribir esto.

Porque me di cuenta de que yo vivo la vida opuesta a esta chica. Es decir tengo la vida que ella habría tenido si se hubiera dejado llevar por el miedo y no habría lanzado ese blog. Y la verdad que ya no quiero que eso siga así. Ya no quiero ser la espectadora del éxito de otros. Yo quiero ser la chica exitosa que muestra con orgullo lo que ha logrado.

Quieres lograr algo, pero te distraes.

Yo hace aproximadamente 7 años empecé un blog y lo dejé, no sé porqué. La verdad que lo mostraba en mi instagram y ya no me daba vergüenza que la gente lea lo que escribía. Creo que más vergüenza me daba hablar a la cámara, pero en fin. Yo creo que mi vida sería otra historia si hubiera sido constante. No me imagino dónde estaría ahora mismo si hubiera seguido mis instintos. Si hubiera seguido a esa voz que en un momento me dijo que podía crear un blog y escribir de lo que sea. Pero ahora que me pongo a revisar en retrospectiva me pregunto constantemente por qué renuncié a eso que me hacía tan feliz.

Y mi conclusión es que me distraje. Cuando yo empecé el blog estaba sin trabajo, o mejor dicho, estaba en una «etapa de transición» como me gustaba llamarle. Lo que pasa es que odiaba el trabajo que tenía y renuncié a él porque quería emprender, tener algo mío y nada me salió bien.

Se termina el dinero y se termina la diversión

Se me terminaron mis ahorros y tuve que buscar otro trabajo. En ese lapso fue que intenté lo del blog. Tenía mucho tiempo para salir a tomarme fotos en la calle, para quedarme hasta la madrugada escribiendo, editando, revisando mis textos. También me gustaba aprender; veía tutoriales en youtube sobre como mejorar el blog, sobre como crecer mis redes, sobre muchas cosas. Pero tuve que regresar a la realidad y conseguir un trabajo que me ayude a pagar la renta.

Hasta que lo conseguí y me puse muy contenta. Aunque una parte de mí estaba decepcionada de mí misma porque en esos meses no logré nada de lo que quería, pero estaba un poco aliviada de tener ingresos fijos nuevamente. Además de que ya por fin iba a tener una rutina como el resto.

La vergüenza de estar en el desempleo

Lo malo de mi época de desempleada es que si quería hacer algo durante el día no tenía con quién. Porque todos estaban trabajando, yo era la única loser que podía darme ese lujo de irme a pasear al malecón de Guayaquil a las 11 de la mañana por simple gusto.

Aunque había mucha gente por las calles, yo igual me sentía como bicho raro caminando por ahí muy campante o que alguien me reconozca por ahí y me pregunte de mi vida. Me moría de pena de imaginarme algún conocido acercarse por ahí y decirme: “hey Nadia, qué es de tu vida, qué haces por aquí?” Y yo eeeh mmm pues nada por aquí ando vagando, Y que me digan ah bueno pues yo ando por aquí camino a mi trabajo en esta empresa y bla bla bla…. Yo me imaginaba alguna escena así y me moría de vergüenza.

chica triste en el parque

Por el contrario, yo amaba cuando llegaban los fines de semana. Pues porque ahí si estaba permitido que yo esté por ahí caminando y no me sentía rara. Porque podría pasar como que yo era una persona con trabajo que simplemente estaba disfrutando mi fin de semana, así que estaba bien. Hasta que conseguí el bendito trabajo que me salvó la vida, pero que al mismo tiempo me ayudó a hundirme más.

Conseguir un nuevo trabajo no siempre te da felicidad

Conseguí un muy buen trabajo en una empresa pública en la que me pagaron super bien. Me gustó la experiencia ahí, pero estaba supliendo a una chica que iba a dar a luz y pues nada, terminó el tiempo de 3 meses y de nuevo al desempleo.

Seguí escribiendo pero dentro de unos meses conseguí un nuevo trabajo. Tenía un trabajo en una empresa muy pequeña en la que acepté porque me prometieron enseñarme algo. Pero a la final nunca me enseñaron nada de lo que me prometieron. Hice cosas muy básicas, pero tenía para pagar la renta y la comida y ya, porque no me alcanzaba para nada más.

Intercambiaba las horas de mis días por esa miseria de dinero. Pero al menos ya iba por la calle con un uniforme de trabajo bien entaconada luciendo muy ejecutiva. Y no olvidemos que ya por fin durante el día estaba en una oficina y no por la calle como una vaga desubicada. No, esta vez ya estaba acorde a lo que te dice la sociedad, entonces durante ese tiempo lo que hacía era sobrevivir. En esa época ya el tema del blog pasó a un décimo plano 😟

En estado de supervivencia

Ya no estaba inspirada para escribir, solo pensaba en cómo iba a hacer para llegar a fin de mes. Ya no me sentía feliz y el sentimiento de frustración llegó de nuevo. De la nada conseguí un mejor trabajo en una constructora en donde me pagaban el doble. Fui a ese lugar con mucha ilusión y en realidad fue el lugar más tóxico en el que he trabajado. Donde los gritos estaban a la orden del día. Cuando llegaba a casa por las noches, lo único que quería era comer comida chatarra, ver una serie y luego dormir para al día siguiente repetir la misma rutina. Recuerdo que durante las noches no quería dormir porque al despertar iba a ser de día y eso significaba que tenía que volver al trabajo. Qué triste.

Mi primer acercamiento con la ansiedad

Recuerdo que de un momento a otro comencé a sentir unos dolores en el corazón como una taquicardia. Eran tan fuertes que tenía que parar un momento lo que estaba haciendo hasta recuperarme. Me hicieron unos exámenes y todo estaba en orden, el doctor me dijo que lo más probable es que sea ansiedad. Y yo no entendía muy bien qué era eso, pero ahí se quedó el tema. El doctor no me recomendó nada más que no estresarme y ya. Todos los días me sentía frustrada. Mi único alivio era que yo sabía que sería un trabajo temporal porque yo quería hacer una maestría en el extranjero. Quería irme lejos, así que por eso aguanté lo que pude y estuve ahí casi un año.

Eso quiere decir que lo del blog ya ni siquiera pasaba por mi cabeza, lo reemplacé por la idea de irme a vivir lejos. Apenas me fui de ahí, me sentí liberada y con una nueva ilusión. Creo que en ese momento pude haber retomado el blog, pero estaba distraída con otras cosas más. Imagínate, vino la pandemia, la incertidumbre de no saber si regresar o no a Ecuador, o no saber si podría conseguir un trabajo. También por un momento pensé que los blogs ya no son lo que eran antes. Que lo que estaba de moda es el tiktok, el instagram y me daba mucha verguenza mostrar mi cara. Así que estando ya en España no hice nada una vez más.

Nunca es tarde para retomar algo olvidado

En fin ya a estas alturas creo que no importan los motivos por los que este proyecto se puso en pausa por tanto tiempo. Creo que tuve que haber vivido todo eso para darme cuenta de lo importante que debe ser para mí enfocarme en las cosas que quiero. Por eso ahora voy a tratar de no distraerme. Ya muchas otras veces he querido intentar hacer cosas por mí, pero no he sido constante. Creo que lo más difícil es trabajar con mi mente para que deje de procrastinar y mantenerme enfocada. Pero esta vez quiero que sea distinto, porque ahora siento que si le fallo a este blog, me estaré fallando a mí misma.

No quiero seguir siendo presa de mis miedos, ya no me va a importar si esto lo ven mis jefes o quien sea. Quiero ser valiente para ir por lo que quiero, hacer lo que me gusta y vivir una vida que me guste. Una vida en la que pueda apreciar los pequeños momentos y en la que no tenga que preocuparme por llegar a fin de mes.

Salir de mi zona de confort es por fin uno de mis más grandes anhelos. Siempre lo he tenido en mente, siempre he sido consciente de que es lo que se debe hacer pero hasta ahora no me atrevo.

Es momento de tomar acción y dejar la procrastinación de lado

Ahora quiero que pienses en eso que has estado aplazando por tanto tiempo. ¿Qué es lo que quieres hacer? Primero que nada, ¿estás a gusto con la forma en la que vives? ¿Qué cambio puedes hacer? ¿Qué pasión tienes por ahí olvidada? No importa la edad que tengas, no importa en qué situación estás. En un par de años te vas a sentir orgulloso de haber empezado hoy. Así que no sé muy bien para donde va a este blog. No sé muy bien ni sobre qué es lo que quiero hablar, pero quiero que se sienta cercano. Quiero que te sientas identificado con lo que escribo y que mis textos sirvan de aliciente para aquellos días cansados. Quiero hacerte pensar y replantearte las cosas, quiero recordarte lo maravilloso y lo capaz que eres.

Ahora el objetivo es no distraernos. La meta de hoy es vivir el presente y aprovechar las oportunidades. No más procrastinación, porque ya ha sido suficiente de eso.

Así que este es un nuevo comienzo para mí. Es un nuevo comienzo para mi versión del futuro que sé que me lo va a agradecer.

¿Y tú qué harás por tu versión del futuro? Te leo.

Un beso,

Nadia

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