¡Con que tú también tienes más de 30 y sigues soltera! Te entiendo.
A veces esta situación se puede sentir un poco deprimente o desesperante porque pasan los años y no tenemos a quien llevar a la cena de navidad con la familia. Ya una no sabe cómo sacarse de encima a las tías que te preguntan por el novio y una simplemente ya no sabe qué más decir.
¿La sociedad es la culpable?
En todos estos años de soltera profesional me he dado cuenta de que nos sentimos así mayormente por culpa de la sociedad. Porque en este mundo lo normal es que a cierta edad ya tienes que estar casada, formando una familia, con una casa, hijos, estabilidad económica y un sinnúmero de cosas. Pero en la realidad, por lo menos yo, estoy muy lejos de cumplir con todo eso.
Entonces, partiendo de ello, es normal que te sientas un poco perdida si aún sigues soltera estando en tus 30, 40 o 50, da igual la edad.
Pero, dejando de lado todo lo externo, vamos a ver el lado bueno de las cosas. Es decir, vamos a mirar esta situación desde otra perspectiva. Porque en realidad tienes mucha suerte, es solo que aún no eres consciente de ello.
1. Por algo pasan las cosas
¿Tú te imaginas cómo sería tu vida si te hubieras casado con tu primer novio?
Bueno habrías cumplido con la cuota de estar casada y serías una señora más. ¿Pero a qué precio?
Cuando estás en sus veintes aún no has madurado bien, aún no te conoces a tí misma, aún no sabes ni siquiera qué quieres hacer con tu vida. Así que imagínate cómo habría sido unir tu vida con alguien que está en tu misma situación, o tal vez peor que tú. Claro que hay muchos casos de éxito de personas que se casan muy jóvenes, pero en nuestro caso, podremos decir que así es como tuvo que ser. Así que yo agradecería que no me casé con aquel novio que quería casarse conmigo a los 16 años. Porque estando soltera he podido estudiar, viajar al extranjero, conocer gente de muchos otros países, he conocido otras culturas y aún sigo conociéndome a mí misma.
2. Conoces lo que quieres y lo que no quieres en tu vida
Por supuesto que me encantaría tener un compañero de vida, pero lo que quiero es eso, un compañero de vida.
Actualmente es tan fácil encontrar a personas que quieren solo pasar un momento contigo y ya, no buscan compromiso, ni nada serio. Y pues, ya no estamos en edad de estar tonteando. Pero si eso es algo que a tí te no te molesta, pues está muy bien, siempre y cuando ambas personas busquen lo mismo.
En mi caso creo que ya he desarrollado la habilidad de detectar a un posible hombre que me hará perder el tiempo y yo la verdad paso de eso. Busco alguien en quien pueda confiar, que me de paz mental, que no me confunda sobre si quiere estar conmigo o no. Además quiero constancia y reciprocidad.
No sé cómo te consideres tú, pero yo sé que tengo mucho amor para dar y no se lo quiero dar a cualquiera. No quiero decir que ante la mínima red flag salgo corriendo, pero ya estoy segura de cuales son mis negociables y no negociables en una relación.
También soy consciente de todo lo que yo puedo aportar, he podido cultivar mi amor propio y autoestima. Todo esto lo he aprendido gracias a los años y la experiencia. Esto es bueno para no repetir patrones y para no aceptar menos de lo que sé que merezco. Cuando una es más chiquita una no tiene ni idea de esto, una simplemente se deja llevar hasta que termina estrellada. Es por eso que siempre digo que prefiero estar sola que mal acompañada.
3. Eres independiente y te preocupas por tu bienestar
Yo creo que estar soltera a los 30 es como una segunda adolescencia, pero con dinero y más consciencia. Es decir, por ejemplo en mi caso, termino de trabajar y luego hago lo que quiera. No tengo obligaciones de atender a hijos, porque no tengo, y tampoco tengo marido. Entonces si quiero y puedo, me voy al gym, o voy a tomar algo con amigas. O incluso, si se me antoja y puedo, me voy de viaje a otro país o lo que sea.
Al gozar de esta independencia, siento que vivo para mí, para hacer cosas que me gusten, que me hagan sentir bien. Soy consciente de que debo ir al gym para verme y sentirme bien, más que para agradar a otros. Compro comida de buena calidad para nutrir mi cuerpo y cuidar de mi propia salud. Compro productos de cuidado porque sé lo importante que es cuidar de mi piel porque quiero verme bien para mí y no para otras personas. Es decir, uno aprende a hacer cosas en su propio beneficio porque es una forma de mimarse y cuidarse a sí misma. Sé lo importante que es salir con amigas para distraerme. Así mismo, me preocupo en tener hobbies, en aprender cosas nuevas. Mi mayor prioridad soy yo misma y eso me encanta.
4. Ya no te preocupas en gustar a las demás personas
No sé si a tí te ha pasado que cuando eras más joven y conocías a un chico lo primero que te preguntabas era si tal vez le gustaste o no.
Una pensaba: “uy.. ¿será que le gusté?” “talvez no soy tan bonita para él” “será que piensa que soy tonta?” y así nos pasábamos mortificando cuando en realidad tal vez ese chico ni valía la pena.
Pero ahora las cosas son distintas: ahora cada vez que salgo con alguien lo primero que analizo es si el chico en realidad me gustó a mí. Lo que pasa por mi mente es: “mmm… conocí a este chico, ¿me gusta su físico?, ¿me gusta como habla?, ¿me parece agradable? ¿quisiera volver a salir con él? ¿ me gustan sus valores? y así unas cuantas cosas que considero importantes. Porque saber si me gusta el chico sí depende de mí. Muy diferente sería ponerme a pensar en los motivos de porqué le gusté o no, ya que eso no me corresponde. Sería una pérdida de tiempo y energía.
Si sales con un hombre y no le gustas, pues ya está, no tienes que hacer o actuar de tal manera para gustarle a la fuerza. Por el contrario, si eso es así, pues adiós y que venga el que sigue.
5. Te permites aprender cosas nuevas y tomar mayores riesgos
En nuestro tiempo libre podemos explorar más con nuestros hobbies y pasiones. Hacer este tipo de actividades ayuda a desconectarnos y a trabajar más nuestra creatividad. Tener hobbies ayuda a combatir el stress, la ansiedad, la depresión. Además también ayuda a conocer a más personas con los mismos intereses, ir a lugares fascinantes, desarrollar cierto potencial que no sabías que tenías.
Por ejemplo, yo siempre he querido viajar por el mundo, así que un día dije bueno es momento de empezar, compré lo tickets de avión, reservé los hoteles y me fui por ahí. El primer país al que viajé sola fue Holanda, todo lo que ví, las actividades que hice allí fueron increíbles y desde ahí siento que puedo lograr lo que sea, soy capaz de todo. Esto también ayuda a nuestro autoestima, porque descubrimos partes de nosotros que no sabíamos que teníamos.
Todo lo que he mencionado en este post no es algo puedes hacer exclusivamente cuando estás soltera a esta edad, también puedes hacerlo estando en pareja y con familia. Pero quería hacer énfasis de que cuando estás soltera estás más propensa a lograr este tipo de aprendizajes de forma independiente.
Definitivamente la soltería es maravillosa y no tienes por qué verla como algo malo, no es una maldición ni mucho menos.
Aprovéchala, pero no como una manera de buscar incansablemente a un hombre que te saque de ese estado. La soltería no debería ser una búsqueda constante de pareja, la soltería debería vivirse más bien como un estado de relajación, es una época para cultivarte a tí misma, para enfocarte en tí y pensar en tí.
Ya vendrá aquella persona que va a complementar tu vida y hasta que eso pase vive el momento porque el tiempo pasa y no vuelve.